1- Limite de los 50 metros del Parque nacional Marino Las Baulas donde se puede apreciar la cortina verde muy tupida a pesar que la foto fue tomada al final de la temporada seca

2- Sitio de desove ubicada al limite del mar y de la Zona Inalienable del Dominio Natural del Estado.

3- Urbanización Palm Beach, aprobada en 1992 por Mario Boza actual apoderado del Leatherback Trust. La urbanización cuenta 170 lotes y 80 casas construida. Se puede apreciar que es un desarrollo de baja densidad en equilibrio con el Ambiente.
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5. En cuanto a la Convención Interamericana para la Protección de la Tortugas Marinas (Convención: http://www.baulas.org/5) que citan a cada momento los “ayatolas” de la neo-conservación, ha de aclararse que es plenamente respetada por las autoridades y comunidades locales. Ejemplo de ello es lo estipulado en el Articulo I, inciso 2 de la misma, que señala:

   “ Por hábitats de tortugas marinas” se entiende todos los ambientes acuáticos y terrestre utilizados por ellas durante cualquier etapa del ciclo de vida”, 
   La parte terrestre del Parque corresponde a los 50m de la zona inalienable, donde además existe una franja protegida por una cortina vegetal de 20 a 30 metros de ancho. ( ver fotos en http://www.baulas.org/5a )Y que desde 1990 forma parte del Refugio de Vida Silvestre Tamarindo y el mismo PN Marino Las Baulas.

6. Lamentablemente, y pese a la protección que recibe en las playas, ya parecen ser muy tardíos los esfuerzos por tratar de salvar de la extinción inminente a la población de tortugas Baula del Pacífico. De esta manera, numerosas informaciones científicas certifican la desaparición de las mismas en Malasia, donde el número de tortugas Baulas colapsó de 20.000 hembras a 0 en solo dos décadas. Allí, al igual que en el resto del mundo, entre las causas principales se anota la pesca en alta mar, el saqueo de los nidos, la contaminación del mar, el calentamiento global y, cosa que NO sucede en Costa Rica, la ausencia de protección en sus sitios de anidación.
   
   
7. Por su parte, el Dr. James Spotila, presidente del The Leatherback Trust, afirma en la revista “Nature” de junio 2000:

   “Even with the total protection of the beaches the leatherback will be extinct in 15 years.”  (“Aún con la protección absoluta de las playas, las Baulas se extinguirán en 15 años”).

8. Buscando engañar al Gobierno de la República,  The Leatherback Trust promete que va a pagar las propiedades expropiadas a las que ellos (no el Gobierno) han puesto el ojo. Sin embargo, en una correspondencia enviada a la Controlaría General de la República, la representante del The Leatherback Trust aclara que pagarían el monto del “avalúo administrativo” que, como es usual, no corresponde ni a la vigésima parte del precio de las propiedades. El costo es tan alto, que esta organización norteamericana compró una casa (que hoy tiene ¡patente de cabinas!) frente a la playa (en la zona supuestamente expropiable) pagando, hace unos 5 años, $397 por metro cuadrado.
   
   
9. No es razonable ni proporcional invertir esos millones en expropiaciones en lugar de invertirlos para luchar contra la pesca irresponsable en alta mar y procurar un desarrollo sostenible en tierra, ofreciendo a los vecinos verdaderos trabajos formales y no trabajos como guías temporales nocturnos 3 meses al año.
   
   
10. Una estimación realista del costo de tales expropiaciones, en una franja de terreno de 75m de ancho y por 5,700m a lo largo de la parte externa de los límites del Parque, considerando en $850 el valor del metro cuadrado (según peritaje judicial) nos daría un total de $363 millones de dólares  (equivalente a unos de 53.000 bonos de la vivienda ó 24 Hospitales contra el cáncer). Si The Leatherback Trust dice tener solo 5 millones de dólares, cabe preguntarse: ¿Quiénes pagarían la diferencia y con qué finalidad?  Recordemos que se sabe que un acto semejante no salvaría de la extinción a ni una sola tortuga Baula y que jamás se han dando fundamentos científicos que sustenten una ampliación del parque marino hacia áreas terrestres no utilizada por las Baulas.
    
    
11. Otro de los argumentos engañosos es que los costarricenses van a “recuperar” estos terrenos… ocultando que el padre del proyecto de Ley de privatización de los Parques Nacionales (¡pretendiendo pasarlos a manos de una Sociedad Anónima!) es precisamente el apoderado del The Leatherback Trust en Costa Rica, Mario Boza. Organización que, como se indicó, posee un inmueble con patente comercial de turismo al interior de lo que ellos dicen es un “parque nacional”.  Mientras a los legítimos dueños les arrebatan las propiedades por sumas ridículas, los promotores de las expropiaciones hacen millonarios negocios…

También se menciona erróneamente que solamente inversionistas extranjeros conociendo de la existencia del Parque tienen propiedades. Una vez más es totalmente falso, más de la mitad de los dueños de propiedades son Costarricenses y varios de los inversionistas extranjeros fueron invitados en invertir durante la Administración del Dr. Oscar Arias Sánchez 1986-2000. Ya se están avecinando procesos de arbitraje internacional con el Banco Mundial, procesos que pueden dañar fuertemente la imagen de Costa Rica como país de inversión y poner entredicho la seguridad jurídica de las inversiones.

Por lo anteriormente expuesto solicitamos al Señor Presidente de la República, ejecutar una política de desarrollo sostenible que le permita al país continuar luchando por la conservación de la tortuga Baula no solo en tierra sino también en el mar, sin que ello conlleve la parálisis de la zona ni el sacrificio de sus pobladores.  Solicitamos se opte por la conservación del parque marino, y por un desarrollo armonioso por los que tienen más interés en su conservación, los vecinos de la zona.  Rogamos que de previo a apoyar medidas tan drásticas y desproporcionadas como las expropiaciones, se exijan como mínimo estudios científicos calificados (de parte de científicos no ligados a los Dr. Spotila, Paladino, Reina, al Leatherback Trust o organizaciones amigas de los anteriores mencionados)  que demuestren en que costosísimas expropiaciones incidirían en la efectiva conservación y salvación de las tortugas Baulas. Por último, rogamos valorar objetivamente la aplicación del Reglamento de Zonificación para las áreas colindantes al Parque Nacional Marino, y la razonable opción que el mismo ofrece para la consecución de un desarrollo respetuoso con la naturaleza.

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